(English below)
El verano en cuatro días, el azul, sonido de chapoteo de agua, silencios de azoteas bajo el sol. Lujuria por vivir, por vivir en medio de tantos ocasos sin amaneceres, en medio de tantas preguntas sin palabras.
El mejor regalo es este oasis de despreocupación, esta fortaleza de amistad el bálsamo más buscado.
Volver a los catorce, con Víctor. Víctor no es mi amigo, es Mi Amigo Víctor. Si intento escribir sobre él, me salen palabras enlatadas, y al final las palabras acaban resbalando sobre él como algo ajeno, agua y aceite sobre la piel. Así que nada de ornamentos, ni metáforas, ni figuras poéticas. Para mi amigo Víctor, elijo una frase descriptiva en modo enunciativa, con toda la objetividad que puede dictar la emoción: Víctor es una persona muy importante en mi vida. Una constante. Una constante en evolución.
Soy testiga y parte de su vida, activa y pasiva, con huecos y silencios o con palabras y debates, pero siempre presente mientras él quiera.
Estos días, acogida, refugiada, protegida y mimada por Victor y Manu, han sido uno de los mejores regalos que he vivido. Porque los regalos, al igual que la amistad, son para vivirlos.
Estos días de refugio bajo el sol, de cómplice cotidianidad en un envoltorio de lujo, sonido de agua, fortaleza histórica de Santa Cruz,… verdes, azules, jacuzzis, barbacoas y piñas coladas, sirenitos con Manu, save the dragonflies…, estos días de carpe diem nocturno, de nadar y no guardar la ropa, de descubrimientos, de arte y no arte, de jugar a aburrirse, de piel impermeable...
Estos días con ellos, hados padrinos, son lo que yo necesitaba en medio de mis transiciones, mi desolación, mi Norte y mi Sur, mis in-betweens, …ay, mi arma…
Sentirme querida, traída a la tierra nadando cerca del cielo, volver a mí, a la niña de catorce que me mira desde el agua.
Muchas gracias, Victor, Manu :)
(English)
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Summer in four days, blue color, the sound of splashing water, the silence of rooftops under the sun. Lust to live, to live in the midst of so many sunsets without sunrises, in the midst of so many questions without words.
The best gift is this oasis of oblivion. This fortress of friendship, the most sought after balm.
Back at when I was fourteen years old, with Victor. Victor is not my friend, he is My Friend Victor. If I try to write about him, I just get canned words, and the words end up sliding on him like something foreign, water and oil on the skin. So no ornaments, no metaphors, no poetic figures. For my friend Víctor, I choose a declarative sentence in a descriptive way, with all the objectivity that emotion can convey: Víctor is a very important person in my life. A constant. A constant in evolution.
I am a passive witness and active part of his life, with gaps and silences or with words and debates, but always present as long as he wants.
These days of feeling welcomed, sheltered, protected and pampered by Victor and Manu, have been one of the best gifts I have ever experienced. Because gifts, like friendship, are to be experienced.
These days of shelter under the sun, of daily understanding in a luxury package…the sound of water, the historic fortress of Santa Cruz, ... greens, blues, jacuzzis, barbecues and piña coladas, little mermaids with Manu, save the dragonflies ..., these days of carpe diem at night, of swimming naked, of discoveries, of art and not art, of playful boredom, of waterproof skin ...
These days with them, fairy godfathers, are what I needed in the midst of my transitions, my desolation, my North and my South, my in-betweens,…oh, my soul…
Feeling loved, brought to earth while swimming close to heaven, coming back to myself, to the fourteen-year-old girl who looks at me from the water.
Thank you very much, Victor, Manu :)
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