Qué busco, AMOR? Contéstame desde tu inaguantable silencio, desde tu tediosa monotonía de soledad. Cuéntame qué es lo que busco, porque tal vez escuchar tus palabras vacías, tus formas inverosímiles me devuelva a la REALIDAD que nunca ha sido mía.
Me parapetaré en un universo de corrosivas ideas y y sonreiré al son de un soniquete de soledad.
Y mientras, tú continuarás dando zancadas por la vida de los demás. No te importe hundir tu garfio, yo soy letal y nunca creí en historias de recompensas forzadas.
No soy como tú, no soy como nada, y mi propia nada me ahoga al tiempo que me ensalza.
No busco nada, no tengo fe. Tan sólo quería abrir mi pecho al mundo y recibir a gentes.
Qué busco, VIDA? Cuéntame qué hay detrás de las sonrisas de otros, qué se esconde tras los actos cotidianos y las hazañas de cada día. Descríbeme si existe el calor y si es posible la ternura. Yo construiré mi mundo sobre las ruinas de mi corazón maltrecho. No me repetiré, trataré de no citarme con los lazos de otras vivencias. Porque ya no existen.
Así que... qué tengo, YO? Tan sólo mi cuerpo y mi alma, que a veces son uno y a veces se escinden en dos experiencias distintas y ajenas. Tratare de unirlas, porque las divisiones son dolorosas y alienantes. Y yo estoy rota.
Contesta: qué soy, PERSONA? Dime que aprendo de cada rayo de luz y que tengo ahora un ramo de flores en mis manos que no voy a deshojar por no adivinar su futuro. Son bellas, y esconden un perfume fresco y embriagador...quién sabe.
Mis flores están conmigo ahora, para cuando se marchiten las habré disfrutado del todo.
Mis flores algún día no existirán. Hoy mismo no tengo, ni quiero, un lugar para plantarlas.
Ellas adornan mi vida ahora, y tratar de plantarlas sería como retar al futuro. Y quizás ni mi futuro ni el de mis flores existe.
Circa 1995
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